viernes, 11 de mayo de 2018




Federico Cantú en  El Museo de Linares

El Flechador del Sol

Iniciada ya una trayectoria mura listica  de mas de tres décadas Federico Cantú
Regresa como hijo prodigo a Nuevo León , la idea seria plasmar e manera de relieve en la roca viva una obra monumental, corría el sexenio de López Mateos que emprendía un extenso camino que se trasformaría en un gran legado artístico y tomándose un breve receso de lo que fuera la obra concesionada para el IMSS , nuestro querido Federico emprende uno de los proyectos mas ambiciosos que por mucho engrandecería el Estado de Nuevo León . Despues de recorrer diferentes puntos se escogió el sitio de la carretera que viene de San Roberto uno de los Caminos a Linares y que mostraba una gran montaña con un gran acantilado plano ideal para un relieve

Se acordaron los gastos del personal y se colocaron unos andamios rudimentarios y en suma peligrosos , asi pues olvidaríamos los grandes estarcidos y Federico trabajaría  solo con un anteproyecto , para ello se hiso de la renta de una casa a solo unos kilómetros del lugar y de paso edifico un pequeño campamento de sitio

La Azaña valió la pena misma que se conjugaría con los murales de la Universidad de Nuevo León , dice la leyenda que Federico  solía subir al andamio y no bajar sin a la puesta de sol , aun hoy podemos recordar algunos temas que plasmo en placa de grabado y que están incorporados dentro de la iconografía de la obra, esta Ceres Xilonen como doble diosa de la fertilizada de la tierra mexicana , también esta el pasaje de Carreta también el tema de relincho para denotar la fauna del Estado de Nuevo León y porque no la imagen del escudo nacional ahora cobijando el Noreste
También esta la simbología del flechador del sol utilizada por Cantú como símbolo de la fundación y la presencia de los antiguos pobladores.
Sin duda la dualidad de las dos culturas que amalgaman nuestra nación esta presente en este relieve monumental, y no podría faltar la firma monograma.
Cumplidos los cuenta años de la creación de la obra y sin una previa supervicion y cuidado la obra monumental se vino abajo , dejando para la historia un puñado de artículos donde nadie se haría responsable de dicho deterioro y perdida

Este acontecimiento trajo consigo la idea de hacer una sala en el Museo de Linares dedicada a la memoria temática de este pasaje del noreste y es asi que la suma de las Colecciones de Arte Federico & Elsa y la Colección Cantú Y de Teresa tiene un acerbo permanente dentro de este magnifico Museo.

Todo esto no seria posible sin el entusiasmo de equipo del Museo y las dos colecciones todos conjugando la idea de preservar la memoria mural de una de los grandes maestros de nuestra Rico Estado de Nuevo León .






Adolfo Cantú
Colección de Arte Cantú Y de Teresa

Textos Adolfo Cantú
Colección Cantú Y de Teresa
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sábado, 5 de mayo de 2018


                                               Los Amores de Gaona _ Loreley

Rodolfo Gaona
Rodolfo Bernal Gaona (22 de enero de 1888 - 20 de mayo de 1975), "El Califa De León", matador de toros mexicano.
Nacido en León de los Aldamas, Guanajuato, el 22 de enero de 1888, fue inventor de la gaonera y del centenario (como una gaonera pero con la muleta y por el lado derecho). Se le considera uno de los toreros más elegantes de la historia. Sus padres fueron Roberto Gaona y Regina Jiménez.
Debut en México: 1 de octubre de 1905 en la plaza de México D.F.
El 31 de mayo de 1908 en Tetuán de las Victorias (Madrid) con toros de Basilio Peñalver, siendo su padrino Manuel Lara "El Jerezano", que le cedió el toro "Rabanero". Tras varias actuaciones en la capital de España, esta se rindió a los pies del joven y apuesto torero azteca, que poseía un talento especial para el toreo que le sirvió para convertirse pronto en una figura que alternaba en los carteles con los mejores toreros de la época.
Confirmación de alternativa: 5 de julio de 1908. Su padrino fue Juan Sal López "Saleri", que le cedió el toro "Gordito" de Juan González Nandín. Actuó de testigo Tomás Alarcón "Mazzantinito".





El atractivo de Gaona con las mujeres

Rodolfo Gaona dominaba todas las suertes. No sólo fue un gran banderillero, sino que con el capote dejó para la historia su peculiar firma con las famosas "gaoneras". Con la muleta mostró grandes cualidases artísticas, aunque tuvo grandes altibajos con el estoque, que le privaron de muchos triunfos a lo largo de su prolongada estancia en España. El crítico taurino Don Quijote dijo de él: "Fue Gaona un torero elegante a lo Lagartijo, a lo Fuentes, con menos afectación y más naturalidad que este". Cossio lo calificó coo "la suprema elegancia, la elegancia personificada". y según comentaba, a ello le ayudaba su esbelta figura, bien proporcionada, armónica como pocos toreros tenían. Rodolfo Gaona fue un hombre apuesto y guapo, con un toque de exotismo y distinción que atraía a las mujeres como moscas. Actrices y cuplitistas de aquel Madrid de principios del siglo XX se sintieron atraídas por el torero. Tuvo incluso una novia antes de conocer a la actriz Carmen Ruíz Moragas, también perteneciente al mundo del espectáculo, la cupletista Paquita Escribano que en aquellos años compartía cartel con las famosas Adelita Lulú y La Goya. Paquita Escribano era una mujer de extraordinaria belleza y probablemente quiso más al torero azteca que la mujer con la que desgraciadamente más tarde se casaría.
La actriz Carmen Ruiz Moragas, además de bella y hermosa, fue una mujer de una gran cultura. Actriz capaz de interpretar papeles en francés e inglés perfectamente, algo que pocas actrices de la época podían hacer. Mujer de una gran personalidad que deslumbraba a los hombres, pues reunía en su persona no sólo belleza sino elegancia y talento escénico. Tanto, que pronto llamó la atención del Rey Alfonso XIII que se enamoró de ella perdidamente al primer golpe de vista. Carmen Ruíz fue desde 1916 y durante toda la década de los años veinte, el gran amor del Rey Alfonso XIII, que aunque trotaba de lecho en lecho, encontró en el de Carmen Ruiz Moragas la pasión que era incapaz de despertarle la propia reina Victoria Eugenia, la transmisión de la hemofilia que ella trajo al matrimonio fue el pecado que el Rey jamás le perdonó a la Reina.




Las relaciones entre la actriz y el Rey debieron comenzar 
en el otoño de 1916, justo al comienzo de la temporada teatral. El monarca español tuvo una gran afición por el teatro y los espectáculos, paralela a la que sentía por las actrices y las cupletistas, y allí en el teatro sintió esa poderosa atracción por Carmen. Los padres de la actriz Lenadro Antolin Ruíz fue Gobernador Civil de Granada y Mercedes Moragas, un mujer rica de Málaga, conocedores de la relación de su hija, hicieron cuanto pudieron por apartarla del entorno del Rey y pensaron que el matrimonio de su hija impediría que se convirtiera en una más de las amantes del Rey.
En España tenía aún pendiente un pleito importante como era su divorcio definitivo con la actriz. Vino a Madrid con intención a finales de la República en el año 1936 para solucionar este problema, pero hizo el viaje en balde ya que la actriz Carmen Ruis Morgas murió el 11 de junio de 1936 poco antes del comienzo de la Guerra Civil, cuando contaba con la edad de 38 años. Murió a causa de un cáncer uterino del que fue operada quirúrgicamente sin éxito. Sobre su muerte y el inmenso amor que el Rey le profesaba, cuenta su hijo Leandro Alfonso en uno de sus libros, que su madre Carmen Ruiz Moragas cuando estaba en estado agonizante, le encargó a su ama de llaves que cuando falleciera le untara sus labios de vez en cuando con canela y yerbabuena, pues estaba segura de que Alfonso vendría a despedirse de ella. Así ocurrió unas doce horas después de la defunción. El Rey Alfonso XIII que se encontraba exiliado en Francia, cruzó de madrugada la frontera por Bayona en el más absoluto secreto y fue hata Madrid a despedirse de su amada. Una vez en casa de la actriz, sólo y en silencio, postrado ante su cadáver la besó en los labios y rezó con amargura por el alma de la mujer a la que más amó. Unas horas más tarde y con mucha discreción volvió a salir de España, sin que nadie hubiera notado su presencia en Madrid











Los toreros, por norma general en aquellos años, eran admirados y asediados por mujeres de distinta condición, incluso tienen fama aún de donjuanes y de burlar a las mujeres, pero a Rodolfo Gaona, le tocó al aparecer la otra cara de la moneda y en este caso la moneda tenía la imagen del Rey Alfonso XIII, cuya mano entonces llegaba lejos.